A lo largo de la vida nuestros pies han soportado mucho peso, han caminado mucho y sus músculos, huesos, articulaciones… también se ven afectados por el envejecimiento. El cuidado de los pies durante la tercera edad, junto con tratamientos ortopédicos adecuados y/o ayudas para la marcha pueden mejorar la independencia del anciano, prevenir caídas y otros problemas asociados a la inmovilidad.El podólogo es el profesional indicado para detectar las posibles anomalías y deformidades en el pie que pueden dificultar la deambulación antes de que generen complicaciones más graves. Asimismo, en los casos necesarios, aconsejará proteger las prominencias óseas y deformidades de los pies con el uso de ortesis de siliconas o la confección de plantillas, eliminación de durezas o callos y un corte de uñas correcto.
Juanetes, dedos en garra y aplanamiento del pie 
son, además de las patologías que más frecuentemente afectan a las personas 
mayores, un riesgo para la salud. Los problemas en los pies, unidos a la 
debilidad de los miembros inferiores y la falta de equilibrio, pueden propiciar 
caídas de graves consecuencias a partir de determinada edad. 
TRATAMIENTO DEL PIE GERIÁTRICO
Destacamos las siguientes indicaciones:
- No utilizar antisépticos fuertes o parches para callos ya que estos preparados son de naturaleza ácida y destruyen los tejidos.
 - Evitar los baños con agua fría o muy caliente, así como la manta eléctrica.
 - Evitar vicios posturales: Intentar realizar una marcha correcta y un apoyo de los pies adecuado.
 - Ejercicios específicos para el pie: Caminar de puntillas y/o talones una distancia de 10m, varias veces al día.
 - Calzado: Holgado y flexible que permita sentirse cómodo en la pisada y una suela antideslizante. Evitar punteras cerradas y tacón alto.
 - Evitar las medias o calcetines que compriman demasiado.
 - Higiene: Lavado y secado minucioso del pie diariamente, haciendo hincapié en la zona interdigital.
 - Uñas: Cuidado estricto de las uñas, vigilando la posible aparición de malformaciones o durezas.Cortarlas siempre rectas.
 - Se deben inspeccionar los pies a diario y verificar si existe enrojecimiento, ampollas, cortes o raspaduras, grietas entre los dedos, así como decoloraciones o falta de sensibilidad.
 
Algo tan simple como poder caminar bien es de 
importancia vital para aumentar la autoestima de las personas mayores, pues les 
hace independientes y les permite mantener una vida social satisfactoria, 
mejorando su calidad de vida.
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