- Utiliza siempre el calzado más adecuado y apto para tus pies: tras el verano cambiamos el calzado, volviendo a recuperar los zapatos cerrados tras abandonar las chanclas y sandalias, cambio que nuestros pies sufre. Llevar calzado descubierto y sin calcetines favorece la aparición de durezas y disminuye el nivel de transpiración del pie. En estos casos lo más recomendado será acudir al Podólogo para llevar a cabo tratamientos de quiropodia.
- Hidrata tus pies: es muy importante este punto pues sabemos que los pies suelen ser la parte del cuerpo más olvidada en cuanto a cuidados. La hidratación en los pies es imprescindible para evitar la aparición de molestas ampollas, grietas y demás sequedades, también para poder lucir unos pies sanos y cuidados. El talón en concreto es la parte del pie que más hidratación precisa para su mantenimiento.
- Elige bien los calcetines y usa plantillas: las plantillas mantienen el pie seco evitando la aparición de hongos o bacterias. Y, los calcetines ayudan a absorber el sudor mejor eliminando el exceso de humedad en los pies.
- Seca los pies cuidadosamente: el exceso de humedad provoca estragos en nuestros pies; tendrás que secarlos minuciosamente, prestando especial atención entre los dedos para evitar la proliferación de hongos y bacterias por todo el pie.
- Si eres diabético extrema las precauciones: los enfermos de diabetes han de contar con exámenes podológicos realizados por especialistas de forma periódica.
Fuente: Almasalud.
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