lunes, 3 de marzo de 2014

TENDINOPATÍA DE LA CINTILLA ILIOTIBIAL

Se trata de una lesión por sobreuso (sobrecarga) de la banda iliotibial en la parte distal del muslo, en la cara externa de la rodilla. Es frecuente en corredores, ciclistas, triatletas y otras disciplinas que implican flexo-extensión de la rodilla repetitiva.
La banda iliotibial es una gran estructura plana que se origina en la cresta ilíaca (ílion, parte de la pelvis) y se inserta en región lateral de la tibia proximal, concretamente en el llamado tubérculo de Gerdy. Es fundamental para estabilizar la rodilla en la marcha, desplazándose desde la parte posterior del fémur a la parte anterior durante la marcha.



Causas.
El rozamiento continuo de la banda sobre el epicóndilo lateral femoral con la flexión y extensión repetida de la rodilla durante la carrera puede provocar inflamación de la zona. 
Varios factores puede provocar la inflamación de la cintilla iliotibial:
  • Correr sobre superficies muy duras (asfalto) o demasiado blandas (barro, arena suave)
  • Cambios bruscos en el entrenamiento
  • Cambios repentinos en el calzado para entrenar
  • Correr largas distancias sobre terreno muy irregular (como en carrera de montaña)
  • Correr en fuertes pendientes (especialmente cuesta abajo)
  • Aumento de tensión por un acortamiento, contractura o sobre solicitación de los músculos que forman el deltoides glúteo, o por una mala alineación mecánica en la pisada o en la rodilla.
  • Unas rodillas con exceso en varo o más separadas de lo normal, van a llevar a la cintilla a apoyarse en exceso sobre el relieve óseo que representa el cóndilo lateral del fémur.
  • Unas rodillas en valgo o mas juntas de lo normal, aunque separan estas dos estructuras disminuyendo el roce, van a provocar que toda la fascia lata se encuentre acortada y retraída facilitando la tendinopatía.
  • Exceso de pronación del pie. Me explico: durante la fase de apoyo e impulso del pie, este va a apoyarse en mayor o menor medida sobre su borde interno. Esto es lo que llamamos pronación, y es fisiológica, lo que quiere decir que todos pronamos durante esa fase. Lo que ocurre es que muchos pronamos en exceso acarreando problemas más o menos serios siendo ésta una lesión frecuente.
Síntomas.
  • Dolor en la cara lateral de la rodilla, no específico en un punto en la mayoría de ocasiones.
  • Dolor que va aumentando a medida que progresa la actividad. Nulo o leve al inicio, pero intenso al cabo de cierta distancia o tiempo; obliga a parar.
  • Chasquidos o clic, sensación de roce por el resalte de la fascia sobre el hueso.
  • Se reproduce al subir escaleras y correr cuesta abajo.

TRATAMIENTO CONSERVADOR:

  • Reposo relativo: debe disminuirse, o en ocasiones parar, aquella actividad física que reproduzca el dolor. Reducir las distancias de carrera o la duración de las mismas.
  • Frío local: en las fases agudas y después de realizar algún esfuerzo, aplicar hielo sobre la zona dolorida ejerce un buen efecto antiinflamatorio.
  • Anti-inflamatorios: se aconseja su uso durante al menos 2 semanas en la fase aguda.
  • Fisioterapia: la realización de ciertos ejercicios (fundamentalmente de estiramiento) y otras técnicas son muy útiles en la recuperación.
  • Infiltraciones: la inyección local de corticoides junto con anestésico local ejerce un gran efecto antiinflamatorio que , en ocasiones, puede ser definitivo. No se recomiendan más de 3 infiltraciones de corticoides en la misma zona, ya que el efecto de este fármaco puede tornarse negativo (rotura de tendón).

En la actualidad, un nuevo tipo de infiltraciones está logrando mejores resultados sin ningún efecto negativo: los factores de crecimiento plaquetario (plasma rico en plaquetas o PRP). Se trata de una fracción de la sangre del propio paciente con potencial reparador. Supone un tratamiento biológico, no químico.
                                                  TRATAMIENTO QUIRÚRGICO:
Son pocos los casos que terminan en cirugía pero si todo lo anteriormente expuesto no logra la mejoría tras aproximadamente 9-12 meses, la última opción puede ser la cirugía para tratar la patología. 

Dependiendo de su caso específico, se  puede recomendar la cirugía abierta, con una incisión en la zona y excisión de la zona fibrosada de la cintilla iliotibial, plastia de alargamiento para disminuir su tensión, asosciada o no a alguna actuación sobre el hueso (epicóndilo femoral lateral) para evitar que siga rozando sobre la cintilla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario